Adaptarse a los audífonos puede llevar un tiempo.
Con ellos sucede lo mismo que con las gafas o las lentillas: es normal que al principio uno se note extraño, pero se supera tras un breve periodo de adaptación.
El uso de audífonos no restaura la audición a la normalidad, pero sí la mejora. Ayuda a que la pérdida no empeore y mantiene el oído y el nervio auditivo activos, evitando una degeneración mayor.
No obstante, es necesario acostumbrarse a los nuevos sonidos, ya que, aunque tú ya te hayas hecho a la idea de utilizar un audífono para mejorar tu calidad de vida, a tu cuerpo y tu cerebro les cuesta un poco más de tiempo acostumbrarse a este cambio.
Al principio es normal que todos los sonidos que ya habíamos olvidado nos suenen “muy altos”, e incluso que nos sorprendamos de nuestra propia voz o de sonidos suaves como el ruido de la nevera, pero tu audioprotesista irá ajustando los audífonos poco a poco para que vayas acostumbrándote a esta nueva experiencia.
Es por ello que en el Centro Auditivo SoniPro nos tomamos muy en serio todo el proceso de adaptación, realizando continuas revisiones de acuerdo con nuestro propio método SoniPro.
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